¿Me abrazas?, pregunto casi en un susurro a la chica morena y llena de tatuajes que duerme a mi derecha, en el lado de Nacho. Y según lo digo, noto cómo mi voz se la traga la noche, el borboteo de la fuente de los gatos, los ronquidos de Sombra en la camita del rascador.

Tumbada bocarriba, con un brazo sobre la frente y el otro sobre la barriga, sonrío. No insistas, me digo. Insiste, me digo también. El no ya lo tienes.

¿Me abrazas?, pregunto de nuevo, levantando levemente el tono y dándole golpecitos en el hombro con el dedo índice.

En la habitación de al lado, tapada hasta las orejas porque aunque sea verano no deja de tener 14 años y un miedo feroz a que los monstruos de las películas que ve durante el día vayan a buscarla cuando apague la luz, Paula duerme desde hace un par de horas.

¿Qué?, responde ella con voz de dormida girándose ligeramente hacia mí.

Que si me abrazas, le digo, bajando el tono de nuevo ahora que sé que me escucha.

Y me viene a la mente la última vez que le pedí a un amigo que me abrazara en la cama. Cómo su mano acabó sobre mi pecho y más tarde entre mis piernas. Cómo se las apañó para hacerme sentir responsable de su mano a la mañana siguiente. Y cómo todo lo que habíamos construido durante años, todo eso que me hacía sentir tan bien, tan a salvo, se rompió en mil pedazos en apenas una noche. Una noche en que lo único que necesitaba era que alguien me abrazara mientras dormía la borrachera.

Claro que sí, me dice mientras se termina de girar.

Y la chica morena y llena de tatuajes que duerme a mi lado en camiseta y pantalón de pijama, se gira y me abraza. Y aunque no lo hace como a mí me gustaría, pegada a mis bragas como una calcomanía, su brazo sobre mi cintura consigue que deje de dar vueltas en la cama. Y me quedo dormida mientras su mano me acaricia lentamente por encima de la camiseta, en esa cuarta que queda entre mi pecho y mi ombligo.

Y me pregunto si realmente es tan difícil entender que a veces una no quiera más que eso, un brazo cayendo sobre la cintura. Una mano que te acaricie como quien acaricia a un gato.