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Escrito por: Bloody el 15 Jun 2009.

Cuando estaba en EGB (rediosss, qué viejuno ha sonado eso… ), una de las asignaturas que teníamos era Labores.

Básicamente teníamos que aprender a hacer dobladillos, vainica, punto de cruz y cosas por el estilo, y a final de curso, entregar un trozo de tela -con una muestra de cada técnica aprendida- planchada y bien presentada.

Por supuesto, no era opcional (más que nada porque no creo que las monjas de mi colegio supieran lo que significaba esa palabra). Cosías y punto.

El caso es que a mí no se me daba mal. Me gustaba jugar con todos aquellos hilos de colores y mezclarlos haciendo dibujos o cenefas, y claro, acababa sacando sobresaliente (jeje, si es que siempre fui una empollona )

(…)

Hace algunos años, cuando estábamos ahorrando para los gastos del proceso de adopción, conseguí un trabajillo haciendo cuadros de punto de cruz por encargo para una mercería.

No recuerdo cuántos llegué a hacer, y tampoco supe nunca si estaba bien o mal pagado, pero al menos me entretenía. Y vi que seguía gustándome eso de mezclar colores… Y lo mejor es que me di cuenta de que mientras estaba pendiente de seguir el dibujo, no pensaba en otra cosa.

Quizá por eso, cuando dejé de trabajar para la mercería, durante todo el proceso de adopción, seguí haciendo punto de cruz, sólo que esta vez para los hijos de los amigos que me los pedían (for free, claro).

En mi penúltima mudanza, hace ya 5 veranos, la madre de uno de los niños a los que les daba clases particulares me hizo este regalo de despedida, un kit completo (que incluía hilos, tela, plantilla… ) para hacer este dibujo.

Aquél resultó ser uno de los peores veranos que recuerdo (hasta el año pasado, claro), así que empecé a hacerlo más que nada para no pensar. Podía tirarme horas con el bastidor y la caja de hilos y el tiempo simplemente pasaba por mi lado.

Luego empeoré. Había días en los que los tendones se me hinchaban tanto que no podía ni siquiera abrir las manos y tuve que dejarlo aparcado. Un par de años más tarde me puse bien, pero para entonces lo último que necesitaba era que el tiempo simplemente pasara. Quería exprimirlo hasta el último minuto, y eso, desde luego, no dejaba ni un segundo para el punto de cruz.

Hace un par de días volví a coger el bastidor. Y aunque aún no sé a quién se lo encasquetaré cuando lo acabe (eso, eso…Image and video hosting by TinyPic escondeos, cobardes¡ sé dónde vivís…), sí que sé que ahora mismo me está viniendo bien seguir con él.

Buscar los hilos. Tachar los cuadros dibujados en la plantilla. Pasar horas ante este trozo de tela viendo a esta mujer aparecer de la nada…

… y si, de paso, evito darle vueltas a cosas que no merecen la pena, mejor que mejor.

‘Pa’ ti no estoy’ / Rosana.

Que te vaya bonito, mis mejores deseos
Que en la vida recojas lo que siembres de bueno
Que te vaya bonito.
Que no te vaya mal
Y que el tiempo te deje donde tengas que estar…

Deseo que todo te vaya de lujo
No espero visita
Así que no vayas
Que pa’ti no estoy…