Salgo de casa temprano, estrenando camiseta. Es verde con un dibujo de un tanque negro pequeñito que dispara flores de colores: amarillas, verdes, celestes, azules, rojas y lilas.
Me gusta. Me gusta este verde en particular, me gusta el contraste de las flores sobre él y me gusta cómo me queda. La compré hace diez días en una papelería-tienda de cosas varias. No me la probé. Odio probarme ropa. La saqué de la bolsa, me la coloqué por encima y le pregunté al dependiente si creía que me iba bien. Yo diría que sí…
Camino despacio. Aún queda casi un metro de sombra en el lado izquierdo de la calle, algo menos quizá, no soy buena calculando distancias. En cualquier caso es más que suficiente… siempre y cuando no me pare a mirar cada cosa que llame mi atención.
A mi paso, árboles inmensos cargados de flores diminutas se mueven dejándolas caer sobre la acera y sobre mi pelo. Me fijo en la gente con la que me cruzo. Miran al frente, como si caminar sobre flores fuera lo más normal del mundo. Para mí no lo es. Me pone triste pensar que algo tan bonito acabe pisoteado sin que a nadie parezca importarle…
A mi izquierda, compruebo que han quitado la decoración tipo caseta de feria con la que habían decorado la entrada del hotel. Ahora vuelve a ser el de siempre, con sus guiris peleándose con sus mapas en la puerta, sus taxistas charlando en la acera, y su gitana tratando de regalar su romero a los que salen.
Sólo al llegar a la estación me doy cuenta de que he olvidado la carpeta en casa. Perfecto. 4 horas de clases y 1 y media de práctica pidiendo folios. No sé dónde tengo la cabeza esta mañana…
Oigo el metro antes de verlo aparecer. Me subo y miro el número en la puerta de la cabina. El 110. Si fuera una habitación de hotel, el primer 1 indicaría la planta, así que imagino que en este caso, el primer 1 indicará la línea. No lo había pensado hasta hoy y eso que siempre me fijo en el número de los trenes…
Durante el trayecto me pongo a pensar en todas las cosas que tengo pendientes. Trabajos, informes, lecturas varias. Tienes que centrarte, me digo, los exámenes están al caer y no has empezado a estudiar... Tienes que centrarte, me repito, tratando esta vez de ponerme más seria conmigo misma, aún sabiendo que es un pa’ná… Hace ya un buen rato que estoy tan lejos de aquí como mi carpeta.
Y de repente me viene a la cabeza la conversación que tuve hace poco con M. sobre la importancia de aprender a cerrar puertas. Y en el fondo sé que tiene razón cuando me dice que no debería seguir dejándolas entreabiertas… Lo que no tengo muy claro es que a estas alturas vaya a ser capaz de aprender a cerrarlas… ni que realmente quiera hacerlo…
Sin mucho convencimiento lo añado al final de mi lista: trabajos, informes, lecturas varias, aprender a cerrar puertas.
Última parada del tramo 1. Pulso el botón, verde, como mi camiseta, y la puerta se abre.
Es tan fácil abrirlas…
‘Not without you’ / Marlango.
‘Not without you’ / Marlango.
Make me a dress
With wings of fire
And watch me burn away
Watch me fly
I’m not like you
I can close doors
Hazme un vestido
Con alas de fuego
Y observa cómo me consumo
Mira cómo vuelo
Yo no soy como tú
Yo sé cerrar puertas
And this goes round without me
This works fine without me
Not without you
Y esto sigue girando sin mí
Esto funciona bien sin mí
Pero no sin ti.
Give me a scarf of worms
And watch me dig the way in my hole
Perfect size
Perfect shape
Around me
Regálame una bufanda de gusanos
Y mira cómo cavo hacia mi agujero
El tamaño perfecto
La forma perfecta
A mi alrededor.
‘Cause this goes ‘round without me
This works fine without me
This goes ‘round without me
Not without you
Not without you
Porque esto sigue girando sin mí
Esto funciona bien sin mí
Esto sigue girando sin mí
Pero no sin ti.
No sin ti.
I don’t come out in my pictures
I don’t go ‘round with the clocks
You don’t need me anymore
Yo no salgo en mis fotos
No doy vueltas al compás de los relojes
Y tú ya no me necesitas
‘Cause this goes ‘round without me
This works fine without me
This goes ‘round without me
But not without you
Not without you
Porque esto sigue girando sin mí
Esto funciona bien sin mí
Esto sigue girando sin mí
Pero no sin ti
No sin ti.
(*) Más traducciones pinchando aquí.
May 1, 2010 at 0:28
A mí tambien me gusta mucho el color verde. Es el color de la hierba, o el de las camisetas verdes 🙂
Pero me gusta más aún Leonor, que definitivamente ha desbancado a Maribel Verdú (espero que me perdone) del número uno de mis amores platónicos.
Y en cuanto a cerrar puertas… no sé. Yo es que soy muy bruto, y pegaría un portazo. Y si se rompe,tiempo habrá de arreglarla…. si la puerta quiere, claro.
Es todo por el momento. Gracias 🙂
Un beso, guapa..
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May 5, 2010 at 17:03
Sólo te ha faltado citar el internacionalmente aplaudido corto de Lluvia Pérez: ‘El verde, el verde’… 😀
Eso sí, tu gusto me parece intachable. Leonor está que cruje. Y pa’que lo diga yo, que soy 117’5% (más o menos) heterosexual… jeje.
En cuanto a lo de cerrar puertas, sí, ya sé lo que tú harías. Pero también tú debes saber (porque me conoces un poquillo a estas alturas) que a mí eso de dar portazos me va tanto como un bolso de lentejuelas 😉
Otra cosa es que alguien las cierre desde fuera, sin portazos, al salir. Ahí sí que tengo yo poco que decir… y aún así lo digo (tss, si es que…), y eso me sirve para comprobar que sólo hay una cosa que duela más que una respuesta-portazo, y es un silencio-portazo… seguido de un indiferente «pues sí, pues sí… parece que se ha quedao muy buena tarde»…
Por lo demás, todo de puta madre 😀
Es todo por el momento, gracias 8)
Besos, lots and lots, Bella.
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May 1, 2010 at 11:50
Hola guapa, que bien escribes jodia, siempre consigues que esboce una sonrisa 🙂
Pues mira blo, privilegiada que eres, eso de ir por la vida pisando petalos de flores es una pasada, y oliendo el perfume que derrochan por los aires del sur -para los no alergicos- otra.
Hija mia por las aceras de mi vida, tengo que tener un cuidadín, con las kks de perritos (soy despistada a tope)…que ya cambiaba yo por petalos de flores, pero ya,
sabes hace siglos estudie eso de Relaciones Laborales, ¡qué tiempos,con tanto Derecho a vueltas!
ánimo con esos examanes a por ellos que son tuyos 🙂
beso
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May 5, 2010 at 17:21
Muy buenas, pelirroja¡¡¡ 😀
Sí, la verdad es que tengo suerte… no por caminar sobre flores, sino por darme cuenta de que lo hago. Perder la capacidad para fijarse en las cosas pequeñas, debe ser como perder visión, sólo que peor, porque para eso no se han inventado gafas.
Los exámenes, ya veremos cómo me salen. Yo por si acaso voy a ver si me voy haciendo unas chuletillas, vuelta y vuelta… 8)
Un besazo, y muchísimas gracias por pasarte. Tú también me has arrancado una sonrisa, así que estamos en paz, jeje 😀
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May 3, 2010 at 15:23
Hola Fea, es bueno fijarse en detalles que no por cotidianos dejan de ser únicos, como pasear sobre los pétalos. En general, es incluso necesario fijarse y a la vez descubrir el abanico de secretos que nos rodean y que con frecuencia no percibimos.
Cerrar la puerta no es el mayor problema, la cosa cambia cuando se le ponen tres cerrojos y una cadena, porque de esa manera es muy difícil volver a abrirla.
Venga, mucho ánimo que ya te queda poco más de un mes para terminar el curso.
Besos
pd: seguro que esa camiseta te queda bien y la temática es muy apropiada.
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May 5, 2010 at 17:56
Buenas, Abu
Tú sabes que mi primera opción nunca es cerrar puertas. Ni la segunda. Ni siquiera la tercera. Que yo recuerde, sólo cerré una puerta una vez, convencida además de que no volvería a abrirla. Y… qué te voy a contar a ti que tú no sepas? 8)
Eso me ha enseñado que, en mi caso, poner cerrojos es una estupidez porque a la que le pesan es a mí y luego soy yo la que los tiene que quitar.
Lo que no quita (valga la redundancia) para que anote en mi lista lo de aprender a cerrar por puertas, porsiaca…
El saber no ocupa lugar, eso dicen 😉
Un beso graaaaande y colorido como una oruga silvestre, jejeje 😀
PD.- Gracias 😉
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